El aislamiento que estamos experimentando hoy en día todos nosotros como consecuencia de la amenaza del COVID-19, un cambio en nuestras rutinas que está poniendo a prueba la convivencia familiar en las casas.

Desde la Fundación Amigó, han puesto en marcha una iniciativa llamada «Familias en acción» con el objetivo de “habilitar diferentes herramientas para ayudar a las unidades familiares a autogestionar las emociones en este momento de vacilación”.

Para ello, han publicado tres guías prácticas, complementarias entre sí, en torno a la estructuración de la rutina diaria, el manejo de la ansiedad y la anticipación y resolución de conflictos (en especial en la relación con los hijos). Además, hna habilitado un formulario web para contactar con el equipo de educadores, psicólogos y trabajadores sociales en el caso de que persistan dudas sobre cómo aplicar los consejos detallados en los tutoriales.

La Fundación propone estas recomendaciones para proteger la convivencia en familia estos días:

  • Concienciar a todos los miembros de la familia de la nueva realidad que estamos viviendo. Tener información y conocer los detalles ayudará a “aceptarla y actuar en consecuencia”.

  • “Crear un ambiente predecible”. La anticipación y explicación de las consecuencias derivadas de una conducta inadecuada ayudarán a cumplir esas normas y evitar futuros enfados y consecuencias negativas.

  • Ajustar roles en casa. En este punto, será clave definir las pautas a seguir por cada miembro de la familia y cumplirlas. También ayudará el hecho de “ser algo más flexibles y comprensivos, bajando el nivel de exigencia”.

  • “Manejar las emociones y el estado de ánimo” contribuirá a dejar de lado de ansiedad y el estrés, “facilitando la vuelta a la normalidad”.

  • “Escucharnos mutuamente a lo largo del día y programar juntos las cosas que nos competen a todos” nos ayudará a “reforzar el vínculo con nuestros seres más queridos en estos momentos tan difíciles”.

  • Mantener los hábitos y rutinas que ya se llevaban a cabo: pactar horarios y mantener buenos hábitos de higiene personal, quitarse el pijama y vestirse, hacer las tareas del hogar o seguir estudiando y trabajando en los deberes son tareas que les permitirán ocupar su tiempo de forma adecuada. Además, es el momento de aprovechar las horas que los menores dedican a sus estudios para que los mayores aborden sus obligaciones laborales.

  • Aprovechar este contexto para compartir tiempo de ocio en familia. Encontrar momentos agradables mejorarán la convivencia y liberarán de estrés a la unidad familiar. El modo de hacerlo, por ejemplo, fomentando las tareas educativas y el ocio en familia: manualidades, leer juntos, juegos de mesa, construcciones de Lego, visionado de películas y series, etc.

  • Empezar o continuar con la práctica de algún deporte o actividad física. Numerosas plataformas virtuales ofrecen clases online con una gran variedad de ejercicios, que les ayudarán a ‘descargar’ energía y harán que se sientan mejor con ellos mismos.

  • En el caso de los adolescentes, promover que asuman algunas tareas de mayor responsabilidad (por ejemplo, el cuidado de hermanos pequeños), reforzando su confianza e implicación.

  • Brindar a niños y jóvenes la posibilidad de comunicarse virtualmente con sus iguales. Mantener el vínculo con su círculo más cercano contribuirá a regular su estado de ánimo y la ansiedad.