La coordinación de la tercera fase de Hontanar fue asumida por Blas, quien como buen franciscano impregnó al piso de su talante con humildad, trabajo y buen hacer para pasar desapercibida la tarea, pero a la vez asentando mucho más las bases y necesidades del piso durante aquellos años.

Con sumo gusto me uno a la alegría de Hontanar en sus 20 años en marcha.

El acercamiento al que sufre no nos deja indiferentes. Compartir el sufrimiento y ayudaren un bache existencial nos hace más humanos y nos ayuda a crecer.

Manifiesto lo que más admiré y admiro en relación con los jóvenes de Hontanar:
– El gran esfuerzo de lucha y superación por conseguir normalizar su conducta y su vida.
– La entrega, la solidaridad y el empeño de tantas personas voluntarias aportando su granito de arena por una causa noble y humanitaria.
– Me ayudaron personalmente a ser más ordenado en mis cosas y exigente conmigo mismo.

“El acercamiento al que sufre no nos deja indiferentes”

¡Felicidades Hontanar! Que sigas celebrando muchos aniversarios.