Tantos chicos han pasado por las paredes del piso que nos hemos encontrado una gran variedad de perfiles. Carlos es uno de ellos pues su identidad le hace distinto, pero él con toda la naturalidad nos lo cuenta en las siguientes líneas.

“Cuando uno llega del mundo de la droga, tanto de la heroína como de la cocaína, con ganas de salir de ese encierro y no sabes dónde ir, de pronto aparece algo como Hontanar y en ese instante piensas por un momento si de verdades tu sitio o si ahí podrás salir…”
Es Carlos, ex residente de nuestro piso que recalaba en él en el año 2000 de marzo a agosto para intentar conseguir lo que al final fue una realidad: dejar un mundo de luz para llegar al mundo sano de la luz.

“A través de Proyecto Hombre hablé con Luz Mary para ver que podría hacer y me ubicó en el piso de Vallecas llamado Hontanar para pasar allí los primeros meses de acogida. A continuación, al tener a mis padres con los que podía vivir mientras realizaba el programa, hice entonces la opción de los grupos de apoyo durante un año y pico. Después en la fase de reinserción, me puse a trabajar de camarero que es mi profesión de siempre”. Graduado en 2002, se encuentra magnífico y continúa con una vida normal y trabajando en lo suyo.

“Me ha ayudado mucho el programa y el piso para tener un orden en mi vida y aclarármelas ideas y tener tiempo para mí. Sobretodo por el apoyo de los voluntarios, sigo siendo amigo de algunos de ellos después de tantos años y ese es el mejor ejemplo”.

“La relación con los compañeros del programa también me ayudó, al comparar entre unos y otros y ver cómo se iban y otros se quedaban. Sobre todo, une mucho compartir problemas”.

Le preguntamos si notó alguna reacción extraña o si hubo comportamientos diferentes por el hecho de ser homosexual: “No tuve ningún problema y las cosas se dejaron claras desde el principio. Me aceptaron tal como soy, como uno más entre todos los residentes. Hasta bromeábamos de ello y yo hablaba de mi novio con toda naturalidad”.

“Le doy mucho valor a Hontanar pues sin el piso quizás no habría comenzado el programa de rehabilitación. Hoy en día, estos pisos son muy necesarios. Como residente puedo asegurar que es fundamental saber que te van a ayudar y te van a echar una mano. Como voluntario se da mucho pero también recibes mucho”.

“Como residente puedo asegurar que es fundamental saber que te van a ayudar y te van a echar una mano. Como voluntario se da mucho pero también recibes mucho”

“Quisiera recordar para concluir a muchos voluntarios que me ayudaron y en especial a una mujer mayor que iba por el piso los viernes por la tarde y que me enseñó a planchar, pero, aunque no recuerdo su nombre da igual pues su recuerdo sí me queda y me pareció alguien muy especial como si fuera mi abuela. Les tengo a todos mucho cariño, muchas gracias a todos”.