Buscando su destino en la vida y guiado por la Providencia, Julián se dirigió a Bolivia donde encontró lo que buscaba. Afincado allí y optando por ayudar en la marginalidad, la experiencia en Hontanar le marcó intensamente para así posteriormente dedicarse a los demás en profundidad. Desde Santa Cruz de la Sierra, una de las ciudades más importantes bolivianas nos cuenta lo siguiente.

Para mi Hontanar ha supuesto una de las experiencias más hermosas que he tenido en mi vida. Ha sido como un laboratorio de relaciones humanas y de milagros que difícilmente puede expresarse con palabras en un breve comentario o relato.

Las personas que yo conocí cuando fui voluntario en el querido piso, me han marcado para siempre y han ido determinando toda una serie de reflexiones y de opciones que después he dado en mi vida. Este trampolín de oportunidades me ayudó a conocer personas que siempre tendré en mi recuerdo. El Padre Antonio Roldán que era el encargado del piso cuando fui voluntario, reabrió todo un mundo de expectativas en las relaciones interpersonales con los jóvenes que venían ala primera fase de aquel entonces en el Proyecto Hombre. Le estoy eternamente agradecido a el y a todo el equipo de gente que conocí allí. No solo me enriquecieron a nivel humano, también provocó en mí el pasar por un proceso de acogida parecido al de los que vivían en el piso, solo que con una experiencia de problemas muy diferentes. Este proceso fue el de reconciliación y apertura.

La reconciliación en estos momentos la he reconocido al experimentarme útil y ser partícipe de un nuevo proyecto de vida organizando todas las experiencias anteriores para vivir el presente y proyectar el futuro. En cuanto a la apertura me refiero a ser consciente de las posibilidades solidarias en este mundo, que, pese a todo, es sostenido por esa red de buenas personas y buenas intenciones.

Desde Bolivia intento proyectar lo aprendido en proyectos sociales en los que intentamos prevenir todos los efectos que produce la marginación en los niños, intentamos mejorar las condiciones de vida, tomando como ejemplo el camino de solidaridad, generosidad , eficiencia y ternura que siempre ha tenido Hontanar con toda la gente que pasa por allí.

Me despido de todos, agradeciendo especialmente mi querido amigo Mariano Fresnillo por enseñarme tantas lecciones de vida y ser de las mejores personas que he conocido en mi vida.

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